Bersuit presentó el nuevo material en el Luna, reinventándose a sí misma para no repetirse.

Juan Pablo Bravo

fotos: Gabriela Porzio

Un (dos) nuevo disco, nuevas expectativas, otro show, otra mirada, otra presentación oficial, es decir en un principio la historia era la misma. En resumen, asistir a la exhibición pública en vivo de un nuevo trabajo de Bersuit Vergarabat, "La Argentinidad al palo".

Allí fuimos. Algo nos decía dentro nuestro que poco sería igual. Aacreditación, charla con colegas, rutina acostumbrada y necesaria de este trabajo. Llegamos al recinto: una pared humana y sudorosa nos impedía el paso. Como pudimos buscamos los costados y nos acomodamos para presenciar el boom Bersuit, que no para de sonar.

Un telón negro impedía la visión del escenario. Pantallas de video a los laterales y mucha, mucha, mucha gente. Las luces se apagaron, la imagen aparece y muestra un pequeño documental doméstico de camarines y de la grabación del disco que poco se pudo escuchar ante el alarido de la masa. Como si fueran los Doce Apóstoles sentados en la última cena, por adelante del lienzo y a modo de prólogo: "Y no estás solo" suena en las voces de cada uno de los integrantes de la banda.

De manera muy singular dan por comenzado el show. Y ahí pensamos los hits, los que la gente quiere para lo último. Nuevamente nos equivocamos: es el turno de "La Soledad", con delirio generalizado. Le sigue "El Baile de la Gambeta", "Chapulpetec", "Porno Star", "Pájaro Negro" (con la participación de Limón García), etc. La lista se extenderá hasta el tema 29, pero eso lo iremos viendo de a poco.

La performance de la banda fue impecable. Se notaron nuevos aires, ganas de mostrar, ganas de hacer y sobretodo ganas de brindarse a un soberano que festeja cada acorde. La banda sabe qué quiere, y se nota. En esto creemos se basa la nueva historia: se dejaron atrás 60 conciertos en los cuales, según palabras de los propios integrantes, agotaron todas sus armas ante la repetición de la exhibición. Esto es nuevo en todo concepto y la banda lo siente. Nada nuevo ni viejo modificará su relación con el espectador. Esta reciprocidad se mantendrá y acrecentará con el paso del tiempo y seguramente estos miles se multiplicarán.

Amigos no faltaron: Ariel Prat, llegado desde Europa, Manu desde Avellaneda, Los Balbis, el Maestro Salinas, la percusión adicional y demás que irían poblando el escenario en cada momento que fueran requeridos. Ah, la lista... sí ahí va: "Amores Perros", "Afro" y "Pedo" revivieron esos momentos añorados. Alberto Verenzuela, cada día canta mejor, se hace cargo de la voz para "Al olor del hogar", "Ades tiempo" y "Fisurar".

La murga estuvo presente en "Negra Murguera" y "Es importante", nunca más fantastico y más bailable que con "Yo tomo", "La Bolsa" y "Cachaca" (los pasos de murga son de Ariel Prat), la polenta del rock con recorrido de rampas incluidas llego de la mano de "Mariscal Tito" y "Tuyu". Chau nos vemos, gracias.

¿Qué? Ni ahí se escuchó de una niña que destilaba agua. Ahora viene lo mejor, dijo otro y estaban en lo cierto. Vestidos de marineros fetiches con gloriosos atributos, al ritmo de "Coger no es amor" con coreografía incluida, se da por iniciada la tanda de bises que incluirá también "Murguita del sur" y "La argentinidad al palo". Párrafo aparte para el final.